#ElPerúQueQueremos

Érase una vez en agosto.

Publicado: 2012-08-20

Se iniciaba el mes de agosto, mes de los vientos en Cusco, a inicios de la década de los 90s era extraño encontrar cometas de factura china en los cielos cusqueños, esas de plástico multicolor listas para armar, no eran usuales. Lo usual entre los que éramos niños en aquel entonces era buscar la “nihua” salvaje de los cerros aledaños a nuestra ciudad, era una actividad ritual de ese mes, levantarnos con los primeros rayos del sol y emprender el camino hacia el lugar con más nihuas de todo el valle del Huatanay el sector de Nihuas por sobre el riachuelo de Sipaspujio en la vía de salida hacia la provincia de Anta. Luego de esto trepar por las laderas hasta los lechos de la preciada planta que ya por la helada de los meses anteriores está tan frágil y ligera que al extraerla uno debía ser muy delicado. A golpe del medio día un grupo ruidoso de niños volvía con la materia prima necesaria para la elaboración de las cometas.

De todas las formas, de todos los colores, de todos los tamaños pintaban el cielo por las tardes del llamado mes de los vientos. Con la llegada de la novedad de las cometas prefabricadas durante los últimos años siento que esta actividad se ha ido perdiendo es difícil apartar a los niños de esa mezcla que trae la tecnología consigo entre lo practico, lo eficaz y fácil. Escribo estas líneas no con ánimo de atar a los más jóvenes de la ciudad a costumbres antiguas sino como reclamo ante el descuido que nuestra Municipalidad Provincial, que si bien es cierto se preocupa porque el centro histórico este ordenado y limpio pero que parece obviar que es también autoridad en la periferia de la ciudad, visité el sector de Nihuas recientemente en busca de nihua, y ese paisaje asqueroso y hediondo que encontré me molestó; mientras una ladera se encuentra cubierta de un basural pestilente en el que se están criando cerdos que imagino irán a parar a algún restaurant de la ciudad. La otra ladera de Sipaspujio está siendo aprovechada por malos camioneros que llegan a ese lugar para arrojar desmonte de la manera más irresponsable llegando al punto de dejar montículos en la misma pista.

Esto no es de ahora claro está, han pasado muchos años y créanme una cosa es verlo desde el auto y otra muy distinta es caminar en esas laderas. El deslindar responsabilidades con el mensaje de que “la basura la crean los que viven alrededor y cuando se reconozcan a los culpables por los desmontes se les dará una sanción” es la excusa más anodina que se podría esperar del Municipio (¿entonces para qué tenemos autoridades?). El rostro del Cusco no sólo está en el medio ambiente que se muestra al turista en el centro histórico, lo está también para los vecinos y contribuyentes cusqueños.


Escrito por

antisoc1al

Comunicador Social con interés ecológico. UNSAAC - CUSCO


Publicado en

Actitud Verde

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